Cuando nos enamoramos, vemos lo más lindo de esa otra persona, vivimos en un estado de ensoñación; cuando somos adolescentes, los adultos nos dicen que “andamos en las nubes”, en realidad es bastante similar esta metáfora a lo que experimentamos.
En este estado, que de acuerdo con las fases de la hipnosis esta es la primera, implica un estado de adormecimiento, en donde no respondemos ante la lógica. Por esa razón, nos es difícil detectar si algo no anda bien.
Cuando vemos algunas conductas disonantes, es decir que no concuerdan con el concepto concebido de mi pareja, las justificamos, se las adjudicamos a algún suceso externo como, por ejemplo: “es que andaba estresado/a o le acaba de pasar algo malo y por eso hizo esto”.
La situación se puede agravar con el paso del tiempo, pero la venda se vuelve mas fuerte y pasa como en el cuento de la rana que meten en la olla con agua a fuego bajo y no se da cuenta el agua empieza a hervir y luego se le dificulta salir de ahí.
Cuando esto sucede, las personas que se dan cuenta hacen diferentes sugerencias que mas bien confunden a la víctima, como por ejemplo: “déjalo/a” y otros te dicen “dale tiempo, va a cambiar” y te sientes confundido/a, lo cierto es que si se dan estas situaciones, por lo menos tres de las siguientes, son señales claras que esa relación no va para ningún lado.
Sabe qué es lo que te daña y lo sigue haciendo: es decir no toma en cuenta el mal estar que te causa.
Cada encuentro solo es para reclamarse mutuamente: llega un momento de la relación que se vuelve una batalla campal por lo que solo los reclamos es el contenido.
Empiezas a hacer planes con tus amigos y le dices que no tienes tiempo: porque lo que mas deseas es no estar en esos pleitos y reclamos, por lo tanto haces tus propias agendas sin él/ella.
Se faltan al respeto de manera sutil o abiertamente: abundan l os sarcasmos, ironías, ya sea a solas o entre mas gente.
Los detalles que antes tenías o tenía se fueron por la borda: es lo que menos importa ahora, estar pendiente de mantener los detalles, que antes enamoraban.
Lo más crítico es que ninguno asume la responsabilidad: siempre se están culpando el uno al otro, sin asumir su propia responsabilidad, por lo tanto, no pueden resolver algo que no los vincule.
Estas son algunas de las señales que te deben decir claramente que es mejor cortar por lo sano, espero te sean de utilidad, para retomar tu camino en paz para mantener la salud mental.
Jacqueline Alvarenga
Psicóloga Clínica y Psicoterapeuta
