Algo que es muy común en las parejas cuando se enamoran es lo hacen porque que admiran en el otro aquello en lo que en sí mismo carecen, esto es inconsciente.
Por esa razón, la admiración de las cualidades o fortalezas del otro lo toman como el complemento y por eso surge el dicho de “es mi media naranja”.
Al principio esto es lo que hace funcionar a las parejas, pero al pasar el tiempo, cada uno tiene una idea de cómo “debería” ser para que la relación siga perfecta y sean felices siempre.
Es decir, el telón se comienza a bajar y descubren que tienen exactamente los rasgos que siempre desecharon, encuentran parecidos con algún progenitor o alguna otra persona que les hizo algún daño, abriendo así heridas viejas de la infancia que no han sanado porque la desconocían.
Finalmente, lo que hay de trasfondo es que cada uno creía que el otro llenaría las carencias del hogar, por ejemplo: en casa no le ponían atención y espera que su pareja lo haga, si su padre era ausente, esperan que la pareja esté ahí siempre y se vuelven demandantes.
O por el contrario si hombres o mujeres, fueron saturados de atenciones en casa, esperan que el otro le haga todo, porque no desarrollaron la capacidad de autonomía e independencia, volviéndose una carga de las demandas del otro.
Algunos hombres que fueron criados por madres machistas con las que aprendieron que las esposas deben estar 100% pendientes de satisfacer y adivinar los requerimientos de la pareja, tipo las madres y esposas abnegadas que nos presentaban las películas y novelas mexicanas.
Mujeres que crecieron con el modelo de encontrarse al hombre que las mantuviera y les satisfaciera sus gustos, porque eso les enseñó su madre, que debería casarse con un hombre de cuentos infantiles.
Lo que se debe trabajar es en buscar ayuda para romper las burbujas en las que están inmersos, que destruyan los personajes ficticios y novelescos que destruyen las relaciones, por estar esperando que el otro sea el responsable de “hacerlos felices”, tomando una actitud pasiva de espera.
Lo que realmente se necesita además, es que las heridas emocionales que cada uno lleva a la relación sean sanadas, para comprender que su pareja no está ahí para llenar vacíos, ambos necesitan sentirse independientes y poner tener una relación sana, entregándose amor incondicional, saberse comunicar adecuadamente, escucharse y no deducir nada, porque lo hacen desde su perspectiva.
Jacqueline Alvarenga
Psicóloga Clínica y Psicoterapeuta
