Los Pensamientos Recurrentes están presentes en aquello que llamamos Diálogo Interno que también es recurrente; están presentes en nuestra mente, prácticamente desde que nos despertamos hasta que nos dormimos, es más, son tan persistentes que nos quitan el sueño, ya que el hemisferio izquierdo no descansa, quitándole tiempo de trabajo de depuración al hemisferio derecho.
Como he mencionado ya sea en mis videos o en otros artículos, nosotros tenemos entre 60 a 70 mil pensamientos diarios y el 90% de ellos son negativos, son del día anterior, los cuales seguimos reproduciendo constantemente, volviendo circuitos cerebrales recurrentes.
Esto prácticamente nos hace pasar enfocados en esas situaciones negativas, que nos desgastan, porque aquello en lo que nos enfocamos en donde ponemos nuestra energía, por tanto, cuando son negativos nos están robando la energía.
En esta situación, al tener una baja energía, estamos expuestos a que nuestras defensas bajen, por tal razón, nos enfermamos con frecuencia, hasta poder padecer de enfermedades verdaderamente serias.
Lo más lamentable de esto es que no nos damos cuenta esos pensamientos negativos están atrayendo situaciones que no queremos a nuestra vida, porque se van a puntos ciegos y por tal razón, somos incapaces de reconocerlo. Es más, algunos llegan a negar dicha influencia.
Esto es negar que somos seres mentales, físicos, emocionales y espirituales, en donde un área tiene influencia sobre la otra. Por esa razón, si mentalmente estoy enfocado en preocupaciones, insatisfacciones, autorreproches, enojos, etc. el cerebro genera hormonas en la sangre, que terminan enfermándome. Esto retroalimenta a las emociones como la tristeza, depresión, ansiedad, que a su vez vuelve a generar mas hormonas como el cortisol (hormona de huida o pelea), que cuando llega a la sangre vuelve nuevamente a oxidar nuestras células y así sucesivamente.
Las personas que llegan a mi consulta, generalmente me dicen “Tengo episodios recurrentes de ansiedad”, paralelamente a esto, exploro cuáles son los pensamientos más frecuentes y la sorpresa para ellos es que siempre están pensando en tragedias pasadas, preocupaciones sobre el dinero, conmiserarse (lástima por sí mismo), cumpliéndose aquello que dice “un pensamiento genera una emoción, una emoción genera una conducta y la suma de conductas te llevan generar un hábito, luego un comportamiento y finalmente marcan a tu destino”. Entonces, ¿qué debemos cambiar? Tu manera de pensar. El poder está dentro de ti.
Quiero compartirte algunas sugerencias para trabajarlos, de acuerdo con estos pasos:
Volver conscientes esos pensamientos, es decir darte cuenta de que los estás teniendo.
Luego debes de reprenderlos: decirte “otra vez estás pensando en carencia, fracaso, enojo, resentimiento” según sea tu caso.
Dite a continuación: “es cierto que he pasado por malas situaciones, pero eso no representa mi vida” o puedes decir algo referente a ese pensamiento, este es un ejemplo, haz tu el tuyo.
Finalmente haz un Decreto “A partir de hoy solo tendré pensamientos positivos que me llevarán a lograr lo que deseo”.
Hazlo las veces que sea necesario, hasta que tu inconsciente comprenda que no te gusta pensar de esta forma.
Jacqueline Alvarenga
Psicóloga Clínica y Psicoterapeuta
