Cuando la Herida Emocional es la Humillación

Las personas que sufren esta herida, como he mencionado en otras ocasiones, son aquellas que tienen un comportamiento masoquista, buscan personas o situaciones que le hagan vivir bajo el sufrimiento, sacrificio y revivir el dolor de la humillación. 

Aquellas situaciones a las que nos resistimos, persisten. No porque conscientemente las queramos experimentar, si no porque si esta herida está abierta, estaremos en la búsqueda de algo que confirme que sufrimos por ella. Suena irónico, pero así sucede. 

De forma inconsciente se busca el dolor y la humillación; estas personas suelen estar siempre ocupadas resolviendo o cargando problemas de otros, se enfocan tanto en esa misión que se olvidan de sí mismas. Por lo general los escucharemos hablando que “tienen que ayudar” o tal cual persona, se toman cargos que no les corresponden. 

¿Cómo sanar la herida de Humillación y vergüenza

Pero esto también va más allá. Al ser humillados en su infancia, se crea un concepto de no merecimiento, es decir “no merezco respeto, por eso recibo este trato”, por lo que cuando tienen una pareja soportan más de lo mismo, creyendo que ese trato se lo merecen. Cuando encuentran  una pareja que los ama y respeta, tienden a pensar que algo está mal y no puede ser posible. 

La autoestima ha sido reducida de tal forma que desconfían de personas que les den aprecio genuino, por esa razón tienden a alejarlas. Existe el caso de una persona, mujer joven, que sufrió un abuso sexual a los 7 años. Ella se lo guardó por temor y sobre todo que la culparían de habérselo buscado. 

Ha tenido muchas parejas de las cuales ha sufrido maltrato emocional, que le hacen revivir una y otra vez la humillación. Creando en ella la creencia que solo hombres así se le acercan y quizá es lo que merece. Esta es una forma de masoquismo, tener parejas que le causan dolor, sufrimiento y sobre todo, que le hagan sentir que ella no vale la pena ni el respeto. 

En estos casos, siempre vamos al rescate del niño interior, es decir, cuando tenemos una circunstancia dolorosa en la infancia, ese evento queda guardado ahí. Las personas adultas se comportan de acuerdo al dolor del niño. 

A través de la técnica “de sanar al niño interior”, se va directo al inconsciente: consiste en explicarle al niño que lo que sucedió no fue su culpa, que la persona que le agredió tiene un problema emocional y que por eso actuó así; se le pide perdón al niño, por haberlo dejado sufriendo todo este tiempo y que ha vuelto para sacarlo de ahí, integrándose para ser uno solo con el adulto, reiterándole el amor que le tiene y merece. 

Debemos comprender que la forma de pedir ayuda del niño , es a través de esos actos fallidos que un adulto comete. Pero, al integrarse el niño con el adulto, se encuentra la sanación permanente. Este trabajo de integración no lo podemos hacer solos, es necesaria la ayuda de un profesional que sepa cómo manejarlo y guiar el proceso. No tienes que resignarte a vivir con dolor, hay formas de resolverlo. Lo mejor es que todo lo tienes dentro de tu mente inconsciente. 

Jacqueline Alvarenga

Psicóloga Clínica y Psicoterapeuta