La adolescencia es una etapa que puede comenzar tempranamente entre los 11 a 13 años; en realidad varía de acuerdo a factores muy personales de cada joven, como son familiares, nivel de estímulos recibidos y los propios de su genética.
La palabra adolescencia viene de adolecer de algo, en este caso se refiere a adolecer de certeza acerca del futuro, de no saber que rumbo tomar. De decidir si realmente quiere ser grande con los privilegios de un niño en donde recibe todo, ya que le tiene miedo a las responsabilidades que conlleva crecer. Pero quiere libertad, cosa que un niño no tiene.

Adolescencia viene de adolecer de algo
Durante su infancia ha recibido órdenes, satisfecho a sus padres, ha obedecido, pero en esta etapa quiere romper con todo eso, pero le causa conflicto, sobre todo inseguridad y a la vez frustración. Entonces, toda esta incertidumbre lo hace mantenerse enojado, que ni él se comprende, sabe que quiere cambios, pero no sabe por donde empezar.
Este paso de crecer y seguirse sintiendo protegido como un niño, le produce incomodidad, se pregunta ¿Cómo poder tener ambas cosas? Para dar respuesta a esto, los padres debemos jugar un rol bien determinante y facilitarle este proceso de adaptación al niño.
El problema es que en esta etapa los padres no saben cómo manejarla y al sentir que sus hijos se salen de los esquemas implantados, las quejas mas comunes son: que es un haragán, que no arregla su cuarto, que no se quiere bañar ni lavar los dientes, que solo pasa encerrado, que cuando sale de ahí es solo para despotricar por cualquier cosa, que solo está feliz con los amigos, que en la casa todo le molesta, que es malcriado, etc. etc. etc.
La duda mas grande de los padres es que qué será de aquel niño que fue tan obediente y ahora no quiere hacer nada útil, obtiene malas notas y no le importa. Esto es entendible, lo que generalmente no nos dicen como padres es que es la etapa en la que debemos darles mas amor, si, mas amor a ese niño malcriado y rebelde.
Debemos también recordar que es solo una etapa y que debemos ayudarles a pasarla bien, entender que no vamos a perderlos por transitarla, todos fuimos adolescentes y lo que mas pedíamos era comprensión, libertad y acompañamiento, entonces dele eso a su hijo, no se vuelva un padre adolescente que entra en competencia con su hijo, haciendo rabietas como el y perdiendo el control, imponiendo castigos a veces irracionales.
Hágale saber que comprende el cambio que vive y que no está en su contra, pero que debe tratar de mantenerse enfocado en lo que desea, manteniendo sus buenos hábitos, sobre todo de higiene y limpieza.
Padres de familia, no se preocupen mas de la cuenta, respete que lo que menos desea es hablar, no busque que le dé explicaciones de todo lo que hace, hágale sentir que está cerca pero no lo invada o critique; solo comprenda los cambios físicos, psicológicos y emocionales de sus hijos; pero, sobre todo, ámelos mas que nunca y todo pasará bien para prepararse para su siguiente etapa, la juventud, porque siempre sus hijos necesitarán de usted.
Jacqueline Alvarenga
Psicóloga Clínica y Psicoterapeuta