Esta situación se da con frecuencia y es poco valorado en cuanto al daño que ocasiona en muchas mujeres. Existen algunos casos de niñas que se vuelven muy masculinas, sin ser homosexuales, solo por el hecho de agradar y ganar aceptación del padre, lo mas triste es que ni aún así lo logra.
El machismo, propiciado por las madres, ha generado la creencia o paradigma en los hombres que dicen que el primer hijo “debe” ser varón. Esto se ha ido erradicando con el tiempo, pero en un porcentaje menor al 50% aún se conserva lamentablemente.
Los hombres ya comprendieron que ellos son los responsables del sexo de sus hijos y pese a la “decepción” lo terminan aceptando, pero mostrando sutilmente el inconveniente. Lo cierto es que mas adelante algunos logran darse cuenta que tienen una mejor relación con las niñas, ellas son cuidadosas con ellos, atentas, están pendientes de sus cosas y en la adolescencia hasta llegan a competir con la madre.
Bueno, lo cierto es que cuando esto no sucede, la vida de las niñas se llena de desdicha por la falta de aceptación e inconformidad, al escuchar frases como “si fueras varón tal cosa fuera más fácil” “ahí no me puedes acompañar porque solo van hombres” “Yo tenía mis esperanzas en que mi sucesor sería hombre”, etc.
En algunos casos, el hombre se siente tan defraudado de su esposa, que es a quien culpa de procrear hembras, que comienza a tratarla mal y la amenaza con ir a buscar hijos varones fuera del hogar. Conozco el caso de un paciente que hizo de esa forma y también tuvo otra niña. Pero para saber eso pasó mucho tiempo, pues la otra persona, sabedora que lo que quería era un varón, le mintió o no dejaba que la conociera, hasta que él le exigió con mucha presión y así descubrió que también era niña.
Este es uno de los tantos casos que se conocen y lo único que pasa, a causa de este paradigma, es que aumenta el sufrimiento del hombre.
Existen otros caso, en donde las esposas han tenido relación con otros hombres, para ganar el aprecio del marido y así si pudieron tener un varón y el esposo queda complacido. Estos casos extremos, no tendrían que darse, pues hay mucho sufrimiento, para la pareja y los hijos, porque sostener una mentira no dura tanto, la verdad sale a flote. Realmente no es necesario.
Aceptemos a nuestros hijos sin importar el sexo, Dios nos confió su crianza, hagamos lo mejor posible por ellos.
Jacqueline Alvarenga
Psicóloga Clínica y Psicoterapeuta

Te invito a ver el siguiente video en mi canal de Youtube, en el que te hablo un poco más sobre el tema.